
cuánto espacio
cuánto espacio;
milésimas de segundos
en las cavidades de una piel desconocida,
vuelvo a la isla de los lagartos
a los brillos verdes y azules,
a los sueños de mar.
¿tiene sentido improvisar para un desconocido?
¿tiene sentido buscarle siempre el sentido a todo?
tengo derecho a estar quieta,
o a deslizarme como serpiente,
incluso a aullar con ojos de gata,
a ser hija de la contradicción constante
y prima de la profundidad del mar.
ojú, bebo de la copa de vino de música
de noche de hastío de duende perdido,
bebo y repico en la soledad esquiva
siendo la luz intermitente
que me espabila
que me acelera
que me da prisas
que me exige que me exija
una oportunidad de encuentro
conmigo misma
con la esencia del tiempo
con la cadencia del despertar
de la nada abismal
a la duda rotunda,
y sigo con el corazón abierto
danzando al compás de las risas,
de la alegría,
lamiendo vida regalada.
¡¡¡hay tantas cosas!!!